Desde la pintura en caballete, mural, cartones y tapices, pasando por un excelente dibujo convertido en grabados, hasta el retrato y el consecuente expresionismo en un sentido abstracto.
Así podemos presentar un excelente pintor español, que ha dado paso al inicio del Arte Español Contemporáneo y que ha sido influencia directa sobre otros artistas, y no sólo de la pintura, durante siglos.
Estilo neoclásico tardío, obras barrocas con pinceladas del alemán Mengs, embadurnadas del costumbrista y pintoresco rococó italiano de Tiepolo, tradicional y personal, crítica social muy ácida, cruel y caricaturesca, miedos y animalización del hombre por las constantes guerras; en este caldo de cultivo tenemos la extensa obra de Goya.
Inmensa e inabarcable, sólo voy a hablar un poco de un cuadro que me ha llamado la atención por su excelente expresividad dentro de la técnica tradicional:
Así podemos presentar un excelente pintor español, que ha dado paso al inicio del Arte Español Contemporáneo y que ha sido influencia directa sobre otros artistas, y no sólo de la pintura, durante siglos.
Estilo neoclásico tardío, obras barrocas con pinceladas del alemán Mengs, embadurnadas del costumbrista y pintoresco rococó italiano de Tiepolo, tradicional y personal, crítica social muy ácida, cruel y caricaturesca, miedos y animalización del hombre por las constantes guerras; en este caldo de cultivo tenemos la extensa obra de Goya.
Inmensa e inabarcable, sólo voy a hablar un poco de un cuadro que me ha llamado la atención por su excelente expresividad dentro de la técnica tradicional:
La familia de Carlos IV (óleo sobre lienzo 280x336 cm)
Esta obra fue pintada en Aranjuez, durante el verano del año 1800. En la pintura aparecen Carlos María Isidro, hijo de Carlos IV y María Luisa de Parma, la reina, el futuro Fernando VII, hijo primogénito de la real pareja, y Manuel Godoy.
Actualmente se encuentra en el Museo del Prado, en Madrid.
Dejando totalmente abandonado todo atisbo de perspectiva, Goya pinta a esta familia real haciendo una sutil evidencia en las malas relaciones que entre ellos existían.
Es sabido por todos que la familia de Carlos IV se llevaba muy mal, por lo que el pintor tuvo que pintarlos a todos por separado para luego unir los dibujos, lo cual hace simular en la obra final la sensación de figuras estáticas, posadas, como recortes pegados, lo cual fue un hecho que Goya quiso acentuar.
La pintura es muy plana, no existe decoración alguna y nos transmite una sensación de lleno, de volumen muy tosco, como si no cupiese ni un alfiler.
Las relaciones personales que se mantenían entre los personajes de la época y sus secretos más oscuros, aparecen ocultos tras símbolos que el pintor incluyo en el cuadro no de forma casual. Por ejemplo aparece la reina MªCristina de Parma, quién recibe toda la luz y, por tanto, personaje principal de la obra, con una flecha en la cabeza que le había regalado el ministro Godoy; este mismo objeto aparece en la cabeza de la niña que la reina está sujetando y separando del grupo, ya que era su hija pero no hija del rey, sino de Godoy.
Otra característica en la magnífica obra de Goya es que realiza un análisis psicológico de sus retratados, una introspección de sus personajes, ocultando tras la expresividad de sus rostros las malas conciencias, aventuras y desventuras que tras la nobleza existían. De este modo, nunca pinta la belleza canónica de la época, hecho éste que descontentaba a la nobleza, pero que, curiosamente, aceptaban con gusto sus cuadros.
Actualmente se encuentra en el Museo del Prado, en Madrid.
Dejando totalmente abandonado todo atisbo de perspectiva, Goya pinta a esta familia real haciendo una sutil evidencia en las malas relaciones que entre ellos existían.
Es sabido por todos que la familia de Carlos IV se llevaba muy mal, por lo que el pintor tuvo que pintarlos a todos por separado para luego unir los dibujos, lo cual hace simular en la obra final la sensación de figuras estáticas, posadas, como recortes pegados, lo cual fue un hecho que Goya quiso acentuar.
La pintura es muy plana, no existe decoración alguna y nos transmite una sensación de lleno, de volumen muy tosco, como si no cupiese ni un alfiler.
Las relaciones personales que se mantenían entre los personajes de la época y sus secretos más oscuros, aparecen ocultos tras símbolos que el pintor incluyo en el cuadro no de forma casual. Por ejemplo aparece la reina MªCristina de Parma, quién recibe toda la luz y, por tanto, personaje principal de la obra, con una flecha en la cabeza que le había regalado el ministro Godoy; este mismo objeto aparece en la cabeza de la niña que la reina está sujetando y separando del grupo, ya que era su hija pero no hija del rey, sino de Godoy.
También observamos una dama con la cara dada la vuelta. Se piensa que Goya la pinto porque aún no sabían con quién se casaría Fernando VII. Finalmente, se piensa que la posición de los pies hace alusión al peso del poder que tenían los personajes de aquélla época, por lo que los pies del monarca Carlos IV quedan en primera posición con respecto del resto.
Otra característica en la magnífica obra de Goya es que realiza un análisis psicológico de sus retratados, una introspección de sus personajes, ocultando tras la expresividad de sus rostros las malas conciencias, aventuras y desventuras que tras la nobleza existían. De este modo, nunca pinta la belleza canónica de la época, hecho éste que descontentaba a la nobleza, pero que, curiosamente, aceptaban con gusto sus cuadros.
La obra es documento humano excepcional, que la familia acepto con agrado a pesar de la crudeza de su representación. Goya emplea la pincelada rápida y suelta, los colores empastados y centra la atención en la reina a través de la luz, y en la posición imperante del rey con su contrastado rostro abúlico y ausente. También se denota la influencia de Velázquez sobre el pintos, en las condecoraciones evidenciadas a través de la técnica de las manchas y el dominio del color sobre el dibujo.
... Goya.
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