Perdoname,
si hago demasiado uso de tu rostro,
ese que me disturbia en la madrugada,
pero es que me gusta tanto,
que no puedo imaginarme como sería si no volviese a verlo.
Perdoname,
soy sólo pluma y tintero, no se hacer más que esconderme detrás de mis golpes,
lo cierto es que me siento como tú, pero con razones,
razones para odiarme.
Y lo siento,
disculpa mis palabras llenas de la ira con que se pasea el dolor,
perdona mi corazón que sólo sabe amarte y no odiarte,
siempre fui un poco torpe, disculpame, ya lo sabes.
Perdoname,
no supe arrancarte el alma a sorbos de ron,
no supe acariciarte como es debido, como tus pieles exigían...
Y perdoname la intrusión,
por no saber poner fin a los metros que hay entre tu boca y la mía.
Perdoname,
de veras, disculpa las palabras atropelladas,
las lágrimas que no dejan tregua,
los sollozos sin bostezos, perdoname, amigo, perdoname.
Perdoname,
pero se que el tiempo corre rápido y la distancia es el alfil en el tablero,
no muevas la ficha del olvido, no huyas de tu dulce corazón,
pero perdoname, no hago más que darte la mano,
en un ansiado paseo en deliciosa soledad.
Insisto,
por última vez, en pedirte perdón,
por no saber expresarme como debiese,
por salpicar mi humillación con las palabras del dolor en tu pecho,
perdoname, somos humanos.
si hago demasiado uso de tu rostro,
ese que me disturbia en la madrugada,
pero es que me gusta tanto,
que no puedo imaginarme como sería si no volviese a verlo.
Perdoname,
soy sólo pluma y tintero, no se hacer más que esconderme detrás de mis golpes,
lo cierto es que me siento como tú, pero con razones,
razones para odiarme.
Y lo siento,
disculpa mis palabras llenas de la ira con que se pasea el dolor,
perdona mi corazón que sólo sabe amarte y no odiarte,
siempre fui un poco torpe, disculpame, ya lo sabes.
Perdoname,
no supe arrancarte el alma a sorbos de ron,
no supe acariciarte como es debido, como tus pieles exigían...
Y perdoname la intrusión,
por no saber poner fin a los metros que hay entre tu boca y la mía.
Perdoname,
de veras, disculpa las palabras atropelladas,
las lágrimas que no dejan tregua,
los sollozos sin bostezos, perdoname, amigo, perdoname.
Perdoname,
pero se que el tiempo corre rápido y la distancia es el alfil en el tablero,
no muevas la ficha del olvido, no huyas de tu dulce corazón,
pero perdoname, no hago más que darte la mano,
en un ansiado paseo en deliciosa soledad.
Insisto,
por última vez, en pedirte perdón,
por no saber expresarme como debiese,
por salpicar mi humillación con las palabras del dolor en tu pecho,
perdoname, somos humanos.
Para mi mejor amigo, aliado y compañero...
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