lundi 24 août 2009

Artísticamente remotas...



Recorriendo partículas subatómicas una a una hasta colisionar con las fuerzas naturales y llegar a ser una concha marina, tal vez el saliente de un acantilado en el mar o un pequeño e invisible insecto de colores tropicales en el otro lado del globo. Es la rotación terrestre, torbellino de pasiones y remolino de dulzura, desde el este, se forman los días, las noches y demás con la fuerza de la luz, con el sol, con la lucha de esas niñas guapas que siguen a las estrellas...


...La espiral es uno de los símbolos más viejos en todos los continentes: Antiguo símbolo del ritmo de la vida y de la energía. Para unos, el solsticio de invierno, para otros, el nuevo ciclo anual, tal vez también la inmortalidad...


...Se parece al círculo de taichí, que evoluciona entre los elementos interdependientes del ying y el yang, llegando juntos al todo equilibrado, representando la unión entre los lados opuestos, necesaria para completar el origen del caos. No hay principio ni fin, todo se deriva del origen de algo infinito que dará lugar a la dualidad del Cosmos y a la multiplicidad de caminos...

...Desde las culturas aztecas, mayas e incas, hasta el mundo actual pasando por la mitología nativa de dioses e historias divinas, estos curiosos círculos se encuentran presentes entre nosotros de forma muy sutil: en el espiralado juego de la oca, en las esquinas que se doblan, en las abundantes formas y variedades que nos ofrece la Naturaleza, etc.

...En la cultura hindú, la espiral esta relacionada con el día y la noche de Brahma, correspondiendo de este modo a las fases del ciclo de la existencia de lo humano en lo mundano: el Universo entero conspira eternamente y desde siempre, desde aquéllas microparticulas, de forma cíclica, entre los días y las noches, que transcurren imperceptibles pero implacables...

...Por otra parte, la representación de la Venus de Milo, por una parte desnuda y por otra cubierta de ropajes, girando sobre sí misma, a modo de movimiento en espiral, nos inspira a como el alma se despoja de ropas materiales para llegar a la pureza a través del movimiento circular de la espiral, el ascenso...

...Con estas y otras miles de interpretaciones, la espiral es en sí como la escalera de caracol que se ensalza en el alba de la mañana, en el renacer de cada ser humano visitante en el Universo, temporal y atemporal a la vez, dual e incompleto, y cada peldaño de esa escalera tiene la suerte y la fortuna, el misterio que va desvelando día tras noche los secretos y los misterios de la Vida...

jeudi 20 août 2009

Relatos

La luz roja parpadeante atravesaba las cortinas de seda asalmonadas que colgaban suspendidas intermitentemente temblorosas imitando los movimientos sublimes de una bailarina con caché, de una habitación empobrecida con vistas a las desconocidas playas negruzcas del norte de Lanzarote...
La lectura al borde del impetuoso borde de la cama azul, apasionada y sin sosiego ni respiro entre líneas ni puntos ni aparte, ni páginas en blanco que anunciaban el final de un capítulo, aquélla historia penetraba con puntas de cristal el alma de todos los rasgados que decidieran darse un paseo entre sus plácidos recobecos...
Carmen abrió un paquete de galletas, pensando para sus adentros en las eternas contradicciones de su vital existencia, corta y permanente, interdependiente como las fuerzas opuestas que se atraen y se necesitan para vivir, como lo masculino necesita de lo femenino, como cobra significado la palabra viceversa...
Vacilando, dejo las gafas sobre la cama, paso sus manos sobre las tapas oscuras del libro, recordó un noviembre no muy amargo y el castaño de al lado de la casa de su madre, recito susurrando al airecillo que se colaba por la ventana unos versos copiados de un viejo poema de Benedetti, escucho las notas intensas, agudas y emocionalmente compuestas que se dibujaban por todos los rincones de la habitación, y volvió la inspiración, como vuelve el vapor que empaña los espejos del cuarto de baño, como vuelve la cucharilla a la taza del café, como vuelven los pájaros a anidar...
Carmen tomó su pluma de ébano del otro lado de la cama y comenzó a escribir su relato, imitando con su prosa las paredes de su cárcel...

mercredi 19 août 2009

Morir de noche...

Cavilaba Carmen que hoy sería un buen día para salir al pueblo, pues era el día que ponían el mercado de frutas, verduras y demás en la plaza, donde siempre encontraba las hojas más aromáticas que Miguel seleccionaba para ella.
Transcurrían por las manillas del reloj las 11 de la mañana cuando, haciendo el desayuno rutinario de té de flores amarillas y tostadas calientes de pan de centeno con queso fresco, Carmen se percató del mal tiempo con el que hoy se habían despertado las plantas de su arrollador jardín.
Una pequeña mueca de estupor y un gesto de tristeza se dibujo de repente en su rostro ovalado, al pensar que había contado los días exactos para salir al exterior y el tiempo maldito había decidido estropearle su paseo tan ansiado.
Al fin, con su mantón rojo y sus labios carnosos insinuadores hoy en un tenue tono marrón, a juego con su tez, tomo el peine de la mesilla del dormitorio de arriba y cardo un poco su erizado cabello negro.
Aún pasado este pequeño ritual, Carmen reflejaba una mirada decaída con aires de desolación. El paso de los días en su más profunda soledad, desde que Esteban se fue, había mellado su espíritu jovial.
Al salir de la casa, Carmen observo el buzón de reojo. Caminaba lentamente, deslizando sus zapatos de esparto por la senda asfaltada, agrietada y amenazada de hierbajos muertos, sintiendo como si el sonido de su caminar se clavase en las vértebras de su espalda delgada, sintiendo como si los puñales del pasado la obligasen a girarse y correr al oxidado buzón.
De pronto, como un vuelco de sensatez y una luz de ilusión, se volvió hacía el buzón, dejando atrás el camino que conducía a la verja verde y corriendo desesperadamente. Guiada siempre por su esperanzado corazón de hielo, Carmen introdujo sus finas manos temblorosas en el buzón. Tiempo muerto para su corazón...
...El tacto de sus dedillos contra el grueso sobre del interior del buzón hizo que sus pequeños ojos ausentes y aguisantados tornaran el brillo de una almendra recién caída del almendro; fijos, perpetuos e inmóviles, observaron el sobre durante unos minutos, ajenos al tiempo y a las tempestades, pudieron leer el remitente...
"Cuentos para Morir de Noche"

lundi 17 août 2009

Donde esta tu cama, donde esta mi aliento

Ahora,

ese maldito bandido, intrépido maleante de la nocturnidad en los avernos del miedo que me persigue,

me roba los segundos de tranquilidad que observaba desde las alturas de tus sienes.

Ahora,

se que el amor no entiende de razones, y la ataraxia de las tardes de bañera termino.


Ahora,

son los pájaros que bailotean jugando con la incertidumbre del paso que le hemos regalado al tiempo,


me roban los segundos de éxtasis que deslumbraban a mis pupilas cuando descansaban sobre las tuyas...

...Ahora,

y no mañana, ni ayer,

ahora que ya no veo ni veré donde esta tu cama,

donde esta mi aliento,

me clavare la venganza del recuerdo, de las gotas de sudor, que ya olvidan como se derramaban desde tu frente hasta mi pecho...

Ahora,

tengo que poner el bozal a mi canción,

el cordón a mi dolor,

el calor a mi corazón...

lundi 6 juillet 2009

Y se ha ido...

Y se ha ido...
por la puerta de atrás,
las sombras de tu nuca en mi espalda,
y los contornos de tu lengua sin espuma.
Y se ha ido,
para siempre,
el sudor de tu mejilla resbalando,
derramando soles por mi vientre,
ganando esta partida de ajedrez...

lundi 22 juin 2009

Vuelven

Acabamos de entrar.
Cinco horas y media destripando con las líneas concéntricas de las yemas de mis dedos, índice y corazón, las sintonías más confusas en las vértebras marcadas de tu espalda.
Vuelve mi pluma a dibujar sin la penalización del dolor atemporal, el soneto sin precio en el añil claro y perfecto por encima de tus labios, en el rectángulo del ascensor que nos asciende eléctricamente al cuarto piso de los cielos del quirófano de fresa.
Se abre el paraguas en las plazas de Madrid, separando mi boca de todas las bocas, aumentando los roces carnosos en lugares en los que cuesta separarse, desabrochando cremalleras de altos cuellos discretamente tapados.
Han vuelto las gaviotas a pelearse por unas migajas de pan duro del día anterior, despedazando los resquicios de espacios entre zapatos y pies descalzos.
Se han dado la vuelta los cuchillos y se han clavado en los confines de tu cuerpo desnudo, descansando en habitaciones en vivo, continuas y en silencio.
Han vuelto los rayos del sol a atravesarme el alma por tu ventana, esa que cierras de madrugada, esa por la que te espía la Luna imaginándose salvajes y avinagrados episodios de tu vida.

Y ahora que no tenemos nada que decirnos,
que el mundo ha girado las tuercas de mi mente,
sólo quiero mirar a las bocas mudas y a los oídos sordos, los que un día lo fueron,
y tener quince minutos para el opio,
el cáncer de mi piel, la enfermedad mental de la borrachera de ayer,
contigo, en tu cama, un polvo de quince minutos,
recordando segundos inolvidables...

mercredi 13 mai 2009

Retirada

Cuando dicen que una retirada a tiempo es algo así como una victoria inteligente, ¿qué les queda a los tulipanes rojos de al lado de casa que empiezan a marchitar?...
Ya no tendrán tanto sentido las manillas de hierro fino del reloj de la pared del salón, cuando las agujas marquen las 3 de la mañana y el cuco salga a cantar el cuarto, el desesperante y odioso cuarto, pero un día echaremos de menos ese cuarto que hoy echamos de más...
Ya no haremos el amor para quedarnos ciegos ni saldremos a morir por cualquier callejuela de Madrid, del viejo Madrid...
Del final alternativo al punto y final y aparte, comenzando un nuevo párrafo de cambios en los otros corazones, de expectación en los brazos ajenos...
Observo un paréntesis necesario para mi escopeta que sangra sin cesar por los rincones de una fría ciudad...
Son los últimos días, por el momento, de los escritores de la nostalgia y de la lluvia que resbala por los paraguas en blanco y negro...

¡Hasta pronto a todos!

Se escapan...

Se escapan, como huyen los peces del anzuelo envenenado de promesas de libertad...
Se escapan, como los vivos que pasean con los muertos de este mundo...
Se escapan los días...
Se escapan, las piernas de mi cama y el recuerdo en tu almohada...
Se escapan, como la embriaguez trepa por mis venas en una noche sin Luna...
Se escapan, como las ovejas en el rebaño, como los pájaros en una bandada abarrotada...
Se escapan, como una gota de sudor por los brazos que invaden una espalda desnuda...
Se escapan, como los ríos que fluyen por mi mente...
Se escapan, como el sí quiero en una ceremonia blanca de un domingo matinal...
Se escapan, como el humo agotador de una barra de incienso que se consume...
Se escapan las letras del último capítulo del libro de ayer...
Se escapan, como las claves de sol discurren por una guitarra en el balcón de mi vecina la puta de arriba...
Se escapan, como el desconocido que persiguió la dulzura de mis labios...
Se escapan los escotes atractivos por las esquinas de los suburbios más altos...
Se escapan, como la carretera se aleja al contrapicado del retrovisor...
Se escapan, como cuando las miradas apuntan al techo en un golpe acalorado...
Se escapan, como la sangre se imagina corriendo por el ventrículo...
Se escapan, como la cerveza de la taberna al bigote, en una tarde andaluza...
"Se escapa el lector anónimo que se colaba por mi ventana. Se escapa..."

lundi 11 mai 2009

Número 20

Acostumbrados al paso de nuestros olores,
por la aduana de la caricia...
Detuvieron mi cuestión y no la tuya,
hablaron con mi lengua en un cuarto dormido sin ventanas...
Agitaron las letras en mi frente,
y confesé mi delito...
Sin franqueza, indirecta, con la prosa enmascarada,
y el verso disfrazado, con trampa y con cartón también,
Mi delito en las últimas tardes con Virginia, fue quererte, de una forma dolorosa, lo sé...
Haciéndote una grieta agridulce en el pecho, perdoname...

vendredi 8 mai 2009

Hoy...

Hoy...

Se lo debía todo y todo le hubiera dado sin pedir nada a cambio,

añoraba el filo resquicio de calor que le proporcionaba la puerta abierta de atrás de la buhardilla,

por donde solía trepar en las madrugadas menos frías, dejando su cabello al viento, oliendo la pradera verde y saboreando su color de primavera...

Corría hacia su portal,

como un gato en celo sediento de presa que cazar,

jugando con esmero sus ases finales,

como fluía el amor en el punto de inflexión del eterno gráfico de una historia a medio empezar...

Los días siguientes aparecen como relámpagos en el cielo,

como inconstantes hormigas buscando alimento,

como aburridos torsos frotándose bajo la ducha...

El año terminaba en los cuencos de su voz,

en el regocijo ya no encuentro la mirada clavada,

hoy sin exceso de oscuridad, sin copas, sin melancolía,

emerge en la tela del subconsciente los brazos alzados de la independencia...

Hoy...

mercredi 6 mai 2009

Hacia el este

Salí de la mansión como una flecha en llamas, con todo el fuelle al rojo vivo, sin lugar ni dirección concreta, sin rumbo, pero con todas mis energías reunidas en correr hacia el este...
Baje por el pasillo tenebroso que unía la habitación de Carmen con la salida al jardín casi a trompicones, apartando los cachivaches de plástico que encontraba a mi paso, y tentando a la suerte ante una posible caída con la alfombra azulada que tapaba el polvo y la hermosa madera de nogal que envestía los viejos escalones de la escalera del pasillo...
Atravesé el enorme jardín hasta llegar a la verja de la puerta de la entrada principal y avancé sin a penas alzar la vista atrás, pero si desviando algunas miradas de reojo a los frondosos fresnos que tantas veces me habían deslumbrado con su color verde aceituna con brillo de matar; dejé atrás los robles envidiosos, que se quejaban y me gritaban, que este año aún no habían florecido lo suficiente y tenían que soportar grandes retamas que se apropiaban de la humedad de las lluvias de los últimos meses primaverales...
Al llegar a la verja roja, la abrí con cuidado de no forzarla; aún así, me respondió un rechinchinar oxidado fruto del paso de los años sin la mirada atenta de ninguno de los huéspedes que la mansión albergaba...
Dejando atrás la colina espía de la tarde empañada por las dudas, tome el primer autobús hasta la última parada, cerca de la Rua Das Postas...
Allí conocí a Bea...
Sólo eran las cinco de la tarde, cuando aquella figura desconcertante apareció como una bruma misteriosa en unos gramos de niebla concentrada, con un peculiar olor a café. Su curiosa extravagancia y sus movimientos nerviosos y alterados me resultaban intrigantes y envolventes, aunque no era el tipo de chica que sexualmente me vuelve loca...
Tenía una nariz grande y los ojos verdes achinados, tanto, que me costaba dilucidar su color. Con profundas arrugas en la frente y un pelo rizado tremendamente enredado que le llegaba a la altura de la cintura, llevaba un vestido ceñido con enormes flores amarillas sobre líneas intermitentes negras y verdes, que le hacían una forma redonda terriblemente hortera, en combinación con unos zapatos de charol rojo y tacón alto...
Me invitó a un cigarrillo y me dio su número de teléfono...
Tres días después me mude a vivir al apartamento de Bea. Ella vivía en la avenida Pourcount, en un tercero sin ascensor, maloliente, siempre con algún extraño animal en el rellano y unas vistas impresionantes a un patio interior colonizado por las sábanas blancas de sus vecinas y alguna que otra prenda de ropa interior de la talla 44, al estilo años 50...
Bea tenía un colchón en el suelo con mantas ennegrecidas del uso continuo y un montón de objetos inservibles que había comprado en los bazares de la ciudad por cuatro duros, sobre la mesa que dormitaba al ras de la única ventana de su apartamento...
Con poca luz, nos convertimos en pincel y literatura, dos bohemios, parlantes compañeros de las antiguas calles de Lisboa...

mardi 5 mai 2009

Confesiones parte uno

Durante aquella etapa, Marcos recordaba tan sólo como tomaba su pluma tallada en ébano y salía a pasear por el monte Creism cercano al lago. También llevaba su cámara encima por si hacía alguna fotografía que inmortalizase aquellos momentos de soledad y reflexión.
Allá por donde pisaba encontraba muchas conversaciones con personajes anónimos de la senda matutina de las verdes explanadas que se extendían alrededor del lago.
Devoraba los transeúntes diversos con historietas de la vida, construidas a base del pasado añorado y del presente soñado.
Moría de ganas de volver al sol del verano, y poder marcharse lejos del lago.
El tiempo transcurría cada vez más intenso y los hombres y las mujeres de Creism pasaban los días y las noches sin saborear el jugo de una historia novedosa, que pasaba ante sus nervios ópticos sin más.
Ensimismados en las tareas diarias de la dura rutina, Marcos miraba muchas muchachas a las que posiblemente pudiese amar, al menos por una noche; se cruzaban por las calles en direcciones opuestas, se miraban en autobuses contiguos o salían de los vagones del metro cuando él entraba, se cerraban las puertas y se quedaban mirando mientras él se alejaba dentro de un rectángulo metálico impulsado por un hilo de electricidad a la nada de la siguiente parada.
Entonces, llego Marina. Marina era espectacular, risueña y soñadora, idealista, princesa sin zapatos de tacón, con largo cabello rubio platino y ojos azules enormes, con la piel más suave que había tocado jamás y el sexo más dulce de su vida.
Tú ser me sabe a miel- le susurraba Marcos, en una de tantas noches en vela.
Una noche Marcos y Marina salieron a dar un paseo por los bares del pueblo más cercano a Creism. Bebieron en el bar de las almas perdidas y acabaron en el rincón del no sabemos donde estamos. Aquélla madrugada, los dos amantes se contemplaban el uno al otro sin mediar palabra. De una forma muy especial, Marina tomo las manos de Marcos con la delicadeza que la vestía siempre y las acerco a su mejilla, por donde resbalaba la que sería la última lágrima de este adiós.
Sin empañar las palabras ni darle un verso complicado, con una prosa triste, tardía, sincera y silenciosa, retiró sus manos, dió media vuelta y comenzó su huida...
Nunca volví a verla- me explicaba Marcos, entre lágrimas.

jeudi 30 avril 2009

Continua

“No sabré desatarme los zapatos y dejar que la ciudad me muerda los pies.

No me emborracharé bajo los puentes, no cometeré faltas de estilo.

Acepto este destino de camisas planchadas, llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras, llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras.

El largo desarreglo de los sentidos me va mal.

Opto por el dentífrico y las toallas.

Me vacuno
”.

Julio Cortázar

mercredi 29 avril 2009

Rostro de madrugada...

Los momentos se componen de instantes insólitos como éste:

El rostro de la Madrugada

Los instantes siempre tienen un mar en cada ojo ex miedoso, el antídoto contra cualquier rutina con ojeras, contra cualquier extraño ruido que desencamine las buenas almas. Y en cada palmo del rostro se refleja la constancia de su ser más perfectamente interno y escondido, que surgió y resurgió en aquéllos momentos, en aquéllos instantes, donde su expresión pedía el mundo por un lado, por otro, provocaba obesidad de deseo en su sistema nervioso...

La punta de sus labios amantes del picante de mi pecho, comprometía a su marcapasos, que un, dos, tres, daba pasos atropellados mientras, en ese momento, de ese instante, por los ojos, de ese rostro, grababa esa imagen, tan dulce, tan repentina, tan llena...

Y su retina cogía sin querer evitarlo sus curvas, derrochadoras de sonrisas que complacen, entraban por vía neuronal al precepto de su memoria de romántico enamorado empedernido, almacenando archivos de locura y otros lujuriosos fuera de contexto, adormeciendo sus extremidades que posadas sobre el taburete disfrutaban del festín ocular, centrando sus impulsos en su miembro inferior hacia el lado, ¿izquierdo?, agotando los susurros de vocablos que calientan en un, dos, tres, hasta los hielos de tu copa de Whisky...

Esclavos del mejor vicio nocturno, amante de tus huesos y compañeros de sentimientos, casi en ningún lugar,

aquel momento,

aquel instante,

aquel rostro,

existió, casi, por segundos, su expresión, invariable, franqueable, francamente desnuda, emocionada, casi boquiabierta, magnífica, tremendamente sorprendido, maravilloso, impermutable, exhausto, boceto honesto de su mente, corazón ardiente, felizmente loco...

...su rostro, que parecía haber puesto el piloto automático al resto de mortales...


Para E, de Estrellas en S, de Salamanca...

mardi 28 avril 2009

La Rueda de la Vida Budista

S. VI a. C, Siddhartha.

Un príncipe del norte de la India renuncia a su vida mundana para buscar su propia existencia, a través de la meditación, para llegar a su camino iluminado sin el sufrimiento de lo cotidiano, dentro de la rueda sin principio ni final del nacimiento y el renacimiento.

De este modo se convirtió en el Buda, el iluminado, dentro del ciclo constante de la acción y la reacción de la vida, donde todos estamos condenados, mermados o, tal vez, destinados, sentenciados.



La Rueda de la Vida Budista representa la ley del karma, según la cual, las falsas ilusiones y los deseos nos llevan por un camino de actos que nos mantienen dilacerados y atados a un ínfimo movimiento circular y vicioso, incapaces de alcanzar la iluminación.
Está compuesta por cuatro anillos concéntricos que muestran nuestra efímera existencia, cargada de simbolismo y significado:

En el corazón de la rueda, hay un gallo, una serpiente y un cerdo, que se muerden la cola, formando una espiral silenciosa de venenos que nos impiden alcanzar el nirvana. El gallo representa la ignorancia, la codicia, la avaricia, la culpa, la vanidad; la serpiente, el odio, la agresión y el egoísmo; y, el cerdo, el apego y la ceguera con respecto a la perspectiva de las decisiones.

En el anillo interior, hay una división de un fondo blanco y otro negro, representando los seres que caminan bajo lo correcto y ascienden, y, por otro lado, los que descienden en el lado oscuro, caminando por la senda incorrecta.

En el anillo central se simbolizan las distintas esferas de la existencia de nuestras vidas terrenales. La mitad superior muestra la esfera más alta, dominada por los humanos, los dioses y los semi dioses; mientras que, la mitad inferior, representa la esfera más baja, en la que abundan los animales, los demonios y los espíritus hambrientos. En ambas esferas, un Buda promete la liberación y el retroceso al buen camino iluminado.

En el anillo exterior del círculo externo se representan los doce vínculos de la cadena de la dependencia, comprendiendo los grandes temas de la preocupación de la vida de los humanos, siendo éstos el nacimiento, la vida, la vejez, la enfermedad y la muerte.
Empezando por arriba, aparece la ignorancia, representada bajo una persona ciega; los actos que se realizan con la propia voluntad, representados bajo un artesano trabajando un torno; la conciencia, representada por un mono en un árbol; el nombre y la forma, representado con un hombre en una barca; aparecen seguidos los seis sentidos, bajo el dibujo de una casa con las ventanas vacías asumiendo los cinco sentidos y la mente como sexto; el contacto, representado bajo el abrazo de una pareja; el sentimiento, representado bajo un hombre con una flecha clavada en un ojo; aparece el deseo, imitado con una persona bebiendo alcohol; el apego, representado con una mujer recogiendo frutas; la existencia, representada con una mujer embarazada; el nacimiento, bajo el dibujo de una mujer dando a luz; y la vejez y la muerte, representadas por un hombre anciano que carga con un muerto.

lundi 27 avril 2009

Huit

Opresión de la leve estocada tormentosa en el nocturno aguijón de la ballesta con congoja, que melancólicamente se pasea con su punzón sonrosado, penoso y con su capa caída.

Color del tono y el motivo, arropamiento de los allegados al festín navideño, frío como todas las noches del invierno de los disfraces sin tintes, con las máscaras de la amistad bajo un brazo y el pañuelo retirado en el otro.

Había árboles que florecían al ritmo vertiginoso de los chopos de Castilla, mejorando ancestralmente los campos en los abriles suaves y amigando las raíces a sus vecinos chopos de otra híbrida conocida.

Olores de perfumes de aprendices en las casas ajenas al extraño vagabundo, que con destreza y disimulo oscilaba su mano apocadamente temblorosa, sólo pidiendo un mendrugo de alborozo y un tiento del vaso del Mayo que comienza a tu lado.

dimanche 26 avril 2009

Al día siguiente...

Entre el juego de miradas morbosas de una pareja que se acaramela en la barra de un bar, se derrite el último hielo de una copa de ron que dormita sobre la repisa de la mesa de al lado, solitaria, como un policía francés que vuela a París en vacaciones, esperando su ocioso dueño que ha encontrado bellas muchachas rubias con las que charlar...

A tientas en la oscuridad de la noche, sorbían los únicos rayos de luz blanca que provenía de las farolas de la vida salmantina, tenues y llenas de misterio, paseaban haciendo las eses que suele hacer un borracho y contando las estrellas que suelen contar los enamorados...

Y al día siguiente, a tientas me despierto con el recuerdo de aquélla pareja:

"Observo en el interior de la galería fotográfica de mi mente como pasan a la velocidad de la luz las imágenes de aquél chico, como la desnudaba con la mirada azul que deslumbraba a todo el bar, como la deseaba entre sus labios boquiabiertos, que al frente luchaban contra la pared amarronada que veía entre enfoque y desenfoque...

...Y ella, como olvidarla, como flotaba con su vestido gris, con su ambiente extraño, con su paranoia, con sus brazos saltando en aquélla fiesta, y su fiera integrándose en la mirada del chico, que huía por su pecho como un ladrón con su botín atestado de joyas..."

Y, al día siguiente,

me amenazo con un tacón de polvo,

me prometió que me clavaría una aguja de sangre,

que me inyectaría un nuevo nombre,

Al día siguiente...

...Me desperté con la máquina cansada, las válvulas atestadas, el corazón abarrotado, la mente en blanco, las cosquillas amarillas, las manos borrachas, la belleza, el amor y la locura en un tarro de cristal, la retina divertida y la boca llena de vino...

jeudi 23 avril 2009

Yonkis...

Adicción al brillo de tus labios sudorosos pronunciando vocablos desordenados.

Afección al sarcasmo del portazo de tus besos en la esquina del mal.

Yonki de ti.

Dependencia de tu sexo salvaje en mi inconstante vaivén de conciencia.

Habituado a tus movimientos flotando dentro de mi.

Entrega a tus caderas chocolate fundido en la colmena de la pasión intermitente.

Adhesión a tus huesos con fibra azul sobre espirales en blanco y negro...

mardi 21 avril 2009

Poesía Erótica



...Próximo Jueves 23 de Abril, 20:30 horas...

Cartas a diferentes

Compañeros,

os dirijo una carta a cada cual caballero,
digna de lectura pausada,
de la lucha infinita,
cuando cae la tarde,
al pinchazo libre en mi corazón,
como una bola de nieve,
como el estruendo de una tormenta de verano...

Amigo,

amigo del pasado y del esperado inaceptado futuro,
de muchas y quien sabe si alguna más noche en vela,
escuchando y dando historias que apuntar en el cuaderno de nuestra vida,
de las etapas, los errores, las esperanzas, los cambios, los nuevos amores,
el tiempo que queda y el que vendrá,
y el mañana caluroso pero en soledad...

Amor,

mi amor, amor,
que provocas latigazos a mi pequeña maquinaria,
con un sólo gesto de pupila dilatada,
en tus ojos grises de deseo,
das rienda suelta al galope de tu pasión,
al compás de tu canción,

que esta empezando,

que aferrarme a tus labios de fresa y tu lengua de caramelo es mejor...

Y yo,

quiero abrir los pulmones y respirar el aire fresco,
que me regala la vida,
y me da los días,
que mi corazón es como un enjambre complicado,
a ti, amigo, debo decirte adiós,
que me enseñaste a vivir,
como son las cosas, a veces, de extrañas,
a ti, amor, espero verte otro 30 de enero,
en mi jardín...

lundi 20 avril 2009

Mujeres

Dos mujeres acuden a la consulta del médico un martes por la tarde a las dieciocho treinta. Desconocidas, pero espejos reflejos de su misma dolencia, sin darse cuenta entablan una conversación en la sala de espera, mientras una de ellas guarda su cajetilla de cigarrillos con cierto nerviosismo.
Resulta curioso remover entre su corazón y su estómago, son tan iguales, tan distintas, son, tal vez, hermanas desde siempre. En el umbral del tiempo, donde los ciruelos son rojos y las bellotas amargas caen de las encinas en primavera, se habían querido tanto que a veces sentían que iban a estallar.

Minutos más tarde, una de ella abandona la sala y entra en la consulta del doctor.

Sin dejar de pensar en las palabras de la otra mujer, se tumbo sobre la camilla con enormes focos de luz sobre su cabeza, esperando que el médico la explorase. Su cuerpo permanecía en tensión desde hace semanas. Sus pasos ya no eran calmados y serenos, había un inhóspito laberinto de vueltas y revueltas en su interior que no dejaba pasar esa pequeña angustia. El médico de bata verde y aspecto rudo llego dando un portazo y desplomando sus papeles sobre una mesa enfrente suya. Sus ojos permanecían clavados en los del médico. Los pelos se erizaban tras el manto verde que le recubría, las sensaciones se acentuaban. Las yemas de los dedos recubiertas por fino látex blanco paseaban por el pecho de la mujer nerviosa, escuchando las palpitaciones y anotando rápidamente notas desordenadas en un folio negro.


De pronto, el médico se separó de la mujer y redacto su diagnostico.

"Usted no puede girarse. Su espalda esta bloqueada, por ello camina hacia atrás, dando tumbos y obstaculizando su camino con los objetos que se caen ante las bandadas de pasos inconscientes y a ciegas que da. Deberá tratar con cautela su trastorno, de lo contrario, su caso desembocará en asesinato del alma de forma crónica. Cuidese y no tome tantas pastillas"

Salió a la sala de espera con enorme confusión, buscando con sus pupilas hinchadas las de la otra mujer de ojos marrones. No la encontró, ya se había ido, y sobre el suelo yacía un papel que decía:

"He tenido que irme con el primer rayo de sol, porque pensaba que deje la puerta del hotel abierta y la cama estaba sin hacer. Las sábanas manchadas de sangre de la noche anterior mantenían la última prueba del amor que se respiro en esta habitación. Espero que me comprendas, mujer, tenía que ir a recogerlas. Nos veremos, como cada martes del año pasado, en la antesala del doctor, hasta que todo esto haya finalizado. Sin más, Suerte".

Sin flaquear en su compostura, guardo el papel y salió de la antesala de aquélla peluquería. Por fin había comprendido el gris de algunos compuestos minerales, el transparente del agua cristalina del lago de al lado de su casa y el cielo azul que recubre Madrid en el mes de Junio.


A la mujer más guapa de mi vida, Carmen...

vendredi 17 avril 2009

Maroc

Serpenteaba por allí el retumbar de los tambores como las flores de anaranjada henna sobre los brazos de las mujeres de tez oscura de la plaza, con enormes ojos saltones e intrigantes figuras escondidas tras máscaras de seda de colores y mantos negros de hermosos bordados en dorado.

Pasaban las siete en el reloj cuando ya estaba huyendo la tarde sobre el lavadero del río, donde tantos soles había compartido allí en su niñez con las compañeras de alcoba, recogiendo las más preciosas margaritas de amarillo iluminador para sus cuellos lisos y finos.

Saltaban al vuelo los insectos de la plaza deambulantes, exquisitos y sedientos de vender al mejor postor, por un precio justo, los mejores dulces recién hechos por las manos curtidas del sabio del norte, recubiertos de fina capa de almendra crujiente y envueltos en chocolate con azúcar glasé, apartando todas las miradas de desdén hacia la suculenta bandeja.



Despertaban los azulones, tonos añil oscuro, claro y claroscuro, llamando a la puerta de su vecino el blanco, impoluto, cual resultaba la combinación tan perfecta, que fueron a llamar a la discordia al verde de las montañas, impetuosas, para no dañar la perplejidad de las retinas de los viandantes.



Se iba por fin el Dios Sol, y se silencia el ritmo en las calles de esta antigua ciudad. Las manos agitadas parecen detenerse, los pasos de los burros que salen del mercado sin materias que ofrecer simulan moverse hacía atrás, se paran, se ralentizan, se congelan los dedos del cocinero de couscous de la plaza de Chaouen.
El murmullo del agua entre las viejas piedras de la montaña, mezquitas centenarias, gentes abriendo las puertas de sus casas, un paraíso perdido, bazares, ventanas enrejadas albergan sonrisas y talleres de artesanía, corre la plata y las sandalias de cuero por sus callejones escurridizos, alfombras y tapices conviviendo con jerseys de lana de oveja...

"Nosotros tenemos el tiempo. Vosotros el reloj"

Resuenan los escalofríos de las campanas del buen gusto por las cosas bien hechas, la hospitalidad, el aprecio y las mentes abiertas dan conversaciones sobre la arena de las dunas del desierto, en la ausencia de las almas más valoradas y queridas, se llenan aquí los corazones de buenos sentimientos y vida acaramelada.

El otro lado del tiempo, la cara y la cruz de un pueblo alarmantemente especial, el sabor de sus gentes, el olor de sus calles, la expresión de sus almas en sus ojos, sus sonrisas levitando y agonizando un resquicio de algo de otros, la necesidad, el atraso, el ritmo de los bereberes, el cultivo por la salud y la naturaleza, la menta fresca de los tés, el adornado estilo mudéjar, las flautas que se pierden en la noche y el compás de las chilabas y caftanes.

Encantadores de serpientes, especias y tintes al cuero, telares mano a mano y talleres para novias, miel y otros mejunjes para aliviar tensiones, es el instante que se detiene en el laberinto de ambiente medieval de Fez, por el que mis pupilas buscaban encontrarse con las tuyas, la ciudad del mundo árabe del ayer y del hoy.

Una mezcla mágica de caracteres hay sin duda en Marruecos, es el primer día o el último...
Una maravillosa experiencia cultural y espiritual gira en torno a este país, recomendable para todos aquéllos que sepan abandonar sus prejuicios y ser libres aquí, allí, allá...



mercredi 15 avril 2009

Temps


Fue...

como ponerse los zapatos nuevos pero acostumbrados al suelo y al aire,

como un bolazo de nieve,

estar allí, sentir el Sol del mediodía,

y la brisa fresca del atardecer.

Fue...

como la saliva que cae del orgasmo de las bocas entreabiertas,

como un sencillo renacer,

estar allí, sin ti, recordando el olor de tu cuello,

acariciando la distancia infinita que se cuela entre los surcos de mi saco de dormir,

pero contigo, y perpetrar las emociones como agujas de Vudú.

Fue...

como la textura de las pepitas de las fresas fuera de temporada,

como meter los dedos en agua fría,

estar allí, con otras mentes,

y compartir los segundos con otros latidos muy llenos de vida...

Sencillo



La tarde huía sin decir nada en el rojizo corazón de Teresa.

Mientras esperaba sentada al pie de la calle Mentira, observaba con curioso esmero los niños que reboloteaban a su alrededor, embadurnándose la piel de alegría y haciendo metáfora de la ingenuidad de la vida temprana, de la inocencia feliz, de las sonrisas puras...

Al poco tiempo llego Marco, justo cuando Teresa le estaba imaginando con sus manos frías, sobre lo más alto de su pecho, como aquel día en la casa del desconsuelo tardío: eran menos de las siete, diríamos que las dieciocho cuarenta de la tarde cuando los vasos de vino estaban medio llenos y el impulso amoroso supero la ficción de las nocturnidades de recuerdo y soledad, y sus labios calientes besaban las últimas décimas de fiebre de su vientre perfecto...

- Hola Marco...

Sin más preámbulos, obviando los protocolos, que poco le agradaban desde que era joven, decidió darle la llave de su tesoro más preciado. Con sus oscuros ojos saltones, disfrazados de misterio tras su halo de colorido rosáceo del mantón que le cubría la cara, con tintes seda azul añil dibujando espirales en su rostro acastañado, cogió la mano del muchacho y así le dijo:

...Aquí tienes el único regalo verdadero que, en vida, consideró oportuno hacerte; puesto que las leyes caóticas de la física entre tú y yo no conocen de los límites del dulce pastel del amor y si del roce de la locura de las carnes apretadas con sabor a naranja, de los dedos usurpando los rincones de las húmedas mañanas sin lluvia, tengo que entregarte la llave que se perdió y que espero nunca encuentres, desde lo más eterno de mi constante contradicción...

Sin mediar palabra, y con sonrisa amorosa, Marco, que atrapaba su mirada en las flores verdes de los adoquines de aquélla plaza, sólo supo que responder el trueno de la incoherencia de su interior:

- Abrazame, como si fuera ahora la primera vez, como si me quisieras hoy igual que ayer...

mardi 14 avril 2009

Nunca podré olvidarla...

Tú,

y tu mirada, brillante, achocolatada,

como la sinceridad inocente de un niño,

cálida,

como el amanecer amarillenteado entre las dunas del desierto...

Tú,

y tu mirada, clara, y limpia,

dulzona,
de origen perseverante,
cierta dureza de caracteres,
y pasos sosegados...

Tú,

y tu mirada, la que se busca con desconsuelo,

entre las callejuelas coloridas y abarrotadas,

la que se ansía bajo la Luna llena,

que se adormila sobre nuestras cabezas...

Tú,

y tu mirada, suave y tierna,

que penetra leal y fuerte,

abrumante,

invasora...

jeudi 2 avril 2009

Poesía tardía...

La última vez que pude observarte,
con tacto de dama, pasión escarmentada y capa caída,
resultabas ser un instante sencillo,
una fusión tuya y mía,
breve pero intensa,
sobre el rojo privado de mis sábanas...
¿Dónde te has metido tiempo?,
ya no encuentro las palabras adecuadas,
sólo escupo mis pasos al futuro,
inyecto dudas en mi sombrero...
En entonces cuando tu llegas,
con tu herida muda sumergida,
en el mundo cabizbajo sobre el que caminas,
y yo me marcho,
levemente mordiendo la realidad,
miramos nuestro reloj,
su tic tac no perdona ni un segundo más,
eludimos lo más hermoso del día,
y lo más jodido de la noche,
que fue tenerte,
y perderte...

mercredi 1 avril 2009

Es...

Es como la victoria del perdedor,
la poesía de los primeros auxilios,
los cordones viejos y...
...los zapatos nuevos.
Es como el acecho del aire frío en primavera,
los recuerdos cabalgando en la noche,
la batalla cristalizada de ayer y...
...las miradas de desdén hacía tu casa.
Es como el color de una barba medio castaña,
mi corazón recogido en un puño de madera,
las sonrisas carcomidas por la madre inseguridad y...
...el olor a tez dorada que aún hay en mi almohada.
Es como la baza áspera del juego del azar,
no hay rastro de tus rincones más hermosos,
ni regalo, ni reliquia, ni dos platos sobre la mesa y...
...no hay sueño por las mañanas,
hay muñeca de trapo, sin trampa ni cartón.
Es como el vaivén del camino que se bifurca,
los surcos en las escaleras de caracol,
las semillas que no florecen y...
...los ojos cerrados, los labios sellados,
los niños cantando.

El final...

Fluye a través de mi como la lluvia y no siento otra cosa que gratitud.
Siempre había oído que toda tu vida pasa ante tus ojos el segundo antes de morir.
Para empezar, ese segundo, no es un segundo en absoluto, se hace algo inmenso, como un océano de tiempo.
En mi caso, aparecía yo tumbado boca arriba en el campamento de los boy scout, mirando estrellas fugaces, y las hojas amarillas de los arces que flanqueaban nuestra calle, o las manos de mi abuela y su marchita piel que parecía papel, y la primera vez que contemple el nuevo coche de mi primo Tony, y Jane, y Caroline.
Supongo que podría estar bastante cabreado con lo que me paso, pero cuesta seguir enfadado cuando hay tanta belleza en el mundo.
A veces siento como si la contemplase toda a la vez, y me abruma, mi corazón se hincha como un globo que esta a punto de estallar.
American Beauty...

mardi 31 mars 2009

En mi cabeza...

En mi cabeza,
cuento las estrellas que recuerdo,
y las guardo en el ápice de memoria que me queda,
ese que tu no ocupas.
Y surfeo...
Y...
Tristemente,
sigo escribiendo sobre los mismos sueños...
Desde ayer.
En mi cabeza,
se clava el brillo de los mismos ojos,
vacila un trozo de vida,
bailan los interrogantes en el palacio de los zapatos viejos,
y me bajo en la estación de la soledad.
Y...
Tristemente,
infectadas las lenguas del jardín
Desde ayer.

Tiempo presente quiere decir Adiós...

Tiempo presente, sollozando y agonizante, camina sin mirar atrás por la senda de la incertidumbre, con esperanza y sin lastre, con las manos llenas de buenos propósitos, el corazón roto bien guardado en su caja de cristal, la intocable, la infranqueable, y con las páginas en blanco una vez más.
Tiempo presente conversa conmigo de madrugada, da el último sorbo a mis labios rojos deseosos de sangrar, y, a duras penas, se desprende del carnoso amanecer que, entre sus manos, sostenía con vigor y a los hilos del destino le brinda sin mediar palabra, sin luchar.
Tiempo presente quiere decir "Adiós", camina frío al lecho de sus dudas, despertándose sin recuerdos y con el verso robado, haciendo idas y venidas a su historia, a su cuento, al que nunca volverá.
Tiempo presente, de un ser no común, con la ropa del día anterior, guarda fotos en un archivo digital y tiene nubes de impotencia en su corazón, amable pero silencioso, dirige su voz dentro de la tormenta enarbolada que sólo él conocerá.
Tiempo presente me dijo"Adiós", con ojeras y noches de despedida, le vi desde mi ventana perderse en la niebla nocturna del olvido...

Tiempo pasado quiere decir Hola...

Tiempo pasado, fugaz y oxidado, pasea alentador dando tumbos sin rumbo en mi presente, amenazante, sonriente pero ya, con aires de borrador.
Tiempo pasado y pensante, reflexivo recorre las antiguas melodías y las fotos amarillentas, los nombres olvidados y los deseos muertos de viejas flores difuntas.
Tiempo pasado, desbordado y desconsolado, observa con lágrimas el tren que perdió, lentamente extiende sus manos dando brochazos a ciegas, desviando el veneno hacía un corazón medio lleno medio vacío.
Tiempo pasado dice "Hola" a sabiendas que aquélla muchacha se quedó sorda en el principio del viaje, se marcho arrastrando su dolor y marchitando su pasado, dilacerando los castillos de tu papel, y construyendo el presente maravillado.
Tiempo pasado no distingue su amor del buen recuerdo, tiene los miedos a flor de piel en sus suburbios más viriles, sostiene las heridas con las pinzas de su compañero, el tiempo ciego, y juega en un partido que ya se termino.
...Tiempo pasado quiere decir "Hola", alza su vocecilla desgastada entre la muchedumbre que ya no escucha, que sólo percibe un estupor, un sonido aberrante, una caricia en el aire...

mercredi 25 mars 2009

Déjame

Mientras recogía las migas del pan de la mesa, una camarera con mirada penetrante y delantal azul celeste como el reflejo de los peces acariciando las ondas de agua del océano Atlántico, servía café caliente al otro lado de la barra, repleta de pasteles cremosos y enormes bollos azucarados, sin apenas sonreír...
...Fue entonces cuando recordó el desconsolado sonido del timbrazo de la tarde anterior, estampando el recuerdo desde sus tímpanos hasta el latido de su ferviente corazón, como el rintintineo que provocan las monedas al caer contra el suelo de la calle de los dos amigos, en Madrid...
Era temprano cuando Martina pensó en descansar un poco de un martes atareado, dejar sumido su cuerpo entre las mantas e impregnar su mente de sueños en volandas escapando a cualquier habitación de hotel con desconocidos agradables...
Sobresaltada, se levanto con estrepitosa curiosidad a contestar al teléfono...
...
Conversaciones en medio de la tarde...
...
...Tras un viaje de hora y media aproximada, tomo su libreta y escribió así:
"Déjame, sola, con mi adicción a ya un recuerdo tristemente hoy, con el rebaño de mi pensamiento devorando espacios en mi interior atascado"
"Déjame, aquí, construyendo como un enfermo los versos sin drama para describir las huidas, las idas y venidas, las miradas que se agachan a la vuelta de esta esquina"
"Déjame, sin más y con menos, con las maletas a medio camino, con el placer del amor platónico, con mi aflicción de no poder tenerte... Déjame"
De pronto, un estruendo la hizo volver a su libro amarillento y bajar de la copa del árbol al que se había subido, volvió también y del mismo modo a su café frío y abandonó su nube caliente, de tal forma que vio sus medias en piernas cruzadas, su cazadora caída en el suelo, su pelo revuelto, sus ojos de cansancio...
De pronto, dejó atrás su cuento de cristal y volvió a esta mañana de miércoles...

lundi 23 mars 2009

Inmortales...

Estilo retro, tiempos pasados, calidad y nostalgia, siguen en nuestras memorias y no son sustituidos por las modas televisivas actuales.

Algunos míticos basados en novelas de Laura Ingalls, como La casa de la pradera, con altos índices de sintonía con el público, se convirtió en una serie después de su éxito obtenido en la gran pantalla, doblada en varios idiomas, ya que era de producción estadounidense.

Un hecho de curiosidad de la serie es que fue rodada en un rancho en el valle del Simi, California, en un terreno algo rugoso y montañoso, que no se corresponde para nada con el nombre de la serie, ya que en las praderas no hay montañas, ¿no?...





1982, es el defensor de los pobres y los débiles, es el coche super especial, El coche fantástico. David Hasselhoff interpretando a Michael Knight, conduce el inteligente Kitt, con gran personalidad y alta tecnología engaña al público de cualquier edad, sus imposibles se hacen posibles en nuestras mentes.

Después de este mito han quedado rediciones en DVD, la filmación de la película, videojuegos, y el intento en varias ocasiones de recuperar la serie...






Los héroes del ejército en TVE a las 14:00 horas. Nadie se pierde las aventuras del Equipo A, con Murdock, M. A, Hannibal y Fénix. En España la conocíamos con este nombre, pero en la mayoría de los países con habla hispana de América esta bautizada bajo el nombre de Los Magníficos.

Siempre les seguíamos en sus historietas ligando entre el bien y el mal, buscando siempre la paz y lo mejor para los buenos, lo cual les hizo caer en gran aprecio entre el público. Nunca están en el mismo sitio, siempre huyendo de la legalidad aún cuando son inocentes claro, nos encantaban, nos entretenían, llenaban las sobremesas de peculiaridad...




Doctor en Alaska, surrealismo y relaciones personales en su estado más puro, luces y sombras en lo estrambótico de estos personajes, reflejos de nosotros mismos...

Narra las peripecias y acontecimientos que se dan alrededor de la vida de un doctor, neoyorquino y judío, que se ve obligado a ejercer su profesión en un pueblo de Alaska en el que se encuentra con excéntricos personajes. De este modo y peculiar lugar, se da una visión forjada de las interacciones de éstos curiosos habitantes, sus pensamientos y sus sentimientos...