La última vez que pude observarte,
con tacto de dama, pasión escarmentada y capa caída,
resultabas ser un instante sencillo,
una fusión tuya y mía,
breve pero intensa,
sobre el rojo privado de mis sábanas...
¿Dónde te has metido tiempo?,
ya no encuentro las palabras adecuadas,
sólo escupo mis pasos al futuro,
inyecto dudas en mi sombrero...
En entonces cuando tu llegas,
con tu herida muda sumergida,
en el mundo cabizbajo sobre el que caminas,
y yo me marcho,
levemente mordiendo la realidad,
miramos nuestro reloj,
su tic tac no perdona ni un segundo más,
eludimos lo más hermoso del día,
y lo más jodido de la noche,
que fue tenerte,
y perderte...
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