y tu mirada, brillante, achocolatada,
como la sinceridad inocente de un niño,
cálida,
como el amanecer amarillenteado entre las dunas del desierto...
Tú,
y tu mirada, clara, y limpia,
dulzona,
de origen perseverante,
cierta dureza de caracteres,
y pasos sosegados...
Tú,
y tu mirada, la que se busca con desconsuelo,
entre las callejuelas coloridas y abarrotadas,
la que se ansía bajo la Luna llena,
que se adormila sobre nuestras cabezas...
Tú,
y tu mirada, suave y tierna,
que penetra leal y fuerte,
abrumante,
invasora...
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