mardi 28 avril 2009

La Rueda de la Vida Budista

S. VI a. C, Siddhartha.

Un príncipe del norte de la India renuncia a su vida mundana para buscar su propia existencia, a través de la meditación, para llegar a su camino iluminado sin el sufrimiento de lo cotidiano, dentro de la rueda sin principio ni final del nacimiento y el renacimiento.

De este modo se convirtió en el Buda, el iluminado, dentro del ciclo constante de la acción y la reacción de la vida, donde todos estamos condenados, mermados o, tal vez, destinados, sentenciados.



La Rueda de la Vida Budista representa la ley del karma, según la cual, las falsas ilusiones y los deseos nos llevan por un camino de actos que nos mantienen dilacerados y atados a un ínfimo movimiento circular y vicioso, incapaces de alcanzar la iluminación.
Está compuesta por cuatro anillos concéntricos que muestran nuestra efímera existencia, cargada de simbolismo y significado:

En el corazón de la rueda, hay un gallo, una serpiente y un cerdo, que se muerden la cola, formando una espiral silenciosa de venenos que nos impiden alcanzar el nirvana. El gallo representa la ignorancia, la codicia, la avaricia, la culpa, la vanidad; la serpiente, el odio, la agresión y el egoísmo; y, el cerdo, el apego y la ceguera con respecto a la perspectiva de las decisiones.

En el anillo interior, hay una división de un fondo blanco y otro negro, representando los seres que caminan bajo lo correcto y ascienden, y, por otro lado, los que descienden en el lado oscuro, caminando por la senda incorrecta.

En el anillo central se simbolizan las distintas esferas de la existencia de nuestras vidas terrenales. La mitad superior muestra la esfera más alta, dominada por los humanos, los dioses y los semi dioses; mientras que, la mitad inferior, representa la esfera más baja, en la que abundan los animales, los demonios y los espíritus hambrientos. En ambas esferas, un Buda promete la liberación y el retroceso al buen camino iluminado.

En el anillo exterior del círculo externo se representan los doce vínculos de la cadena de la dependencia, comprendiendo los grandes temas de la preocupación de la vida de los humanos, siendo éstos el nacimiento, la vida, la vejez, la enfermedad y la muerte.
Empezando por arriba, aparece la ignorancia, representada bajo una persona ciega; los actos que se realizan con la propia voluntad, representados bajo un artesano trabajando un torno; la conciencia, representada por un mono en un árbol; el nombre y la forma, representado con un hombre en una barca; aparecen seguidos los seis sentidos, bajo el dibujo de una casa con las ventanas vacías asumiendo los cinco sentidos y la mente como sexto; el contacto, representado bajo el abrazo de una pareja; el sentimiento, representado bajo un hombre con una flecha clavada en un ojo; aparece el deseo, imitado con una persona bebiendo alcohol; el apego, representado con una mujer recogiendo frutas; la existencia, representada con una mujer embarazada; el nacimiento, bajo el dibujo de una mujer dando a luz; y la vejez y la muerte, representadas por un hombre anciano que carga con un muerto.

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