mercredi 25 mars 2009

Déjame

Mientras recogía las migas del pan de la mesa, una camarera con mirada penetrante y delantal azul celeste como el reflejo de los peces acariciando las ondas de agua del océano Atlántico, servía café caliente al otro lado de la barra, repleta de pasteles cremosos y enormes bollos azucarados, sin apenas sonreír...
...Fue entonces cuando recordó el desconsolado sonido del timbrazo de la tarde anterior, estampando el recuerdo desde sus tímpanos hasta el latido de su ferviente corazón, como el rintintineo que provocan las monedas al caer contra el suelo de la calle de los dos amigos, en Madrid...
Era temprano cuando Martina pensó en descansar un poco de un martes atareado, dejar sumido su cuerpo entre las mantas e impregnar su mente de sueños en volandas escapando a cualquier habitación de hotel con desconocidos agradables...
Sobresaltada, se levanto con estrepitosa curiosidad a contestar al teléfono...
...
Conversaciones en medio de la tarde...
...
...Tras un viaje de hora y media aproximada, tomo su libreta y escribió así:
"Déjame, sola, con mi adicción a ya un recuerdo tristemente hoy, con el rebaño de mi pensamiento devorando espacios en mi interior atascado"
"Déjame, aquí, construyendo como un enfermo los versos sin drama para describir las huidas, las idas y venidas, las miradas que se agachan a la vuelta de esta esquina"
"Déjame, sin más y con menos, con las maletas a medio camino, con el placer del amor platónico, con mi aflicción de no poder tenerte... Déjame"
De pronto, un estruendo la hizo volver a su libro amarillento y bajar de la copa del árbol al que se había subido, volvió también y del mismo modo a su café frío y abandonó su nube caliente, de tal forma que vio sus medias en piernas cruzadas, su cazadora caída en el suelo, su pelo revuelto, sus ojos de cansancio...
De pronto, dejó atrás su cuento de cristal y volvió a esta mañana de miércoles...

Aucun commentaire: