"Con mi lengua, en tu espalda, escribí un soneto raro"
Con mis manos acariciando en tu amor, salpique tu corazón de versos apacibles y miradas a contra picado...
Con una voz irregular y mi boca amoratada de besarte, ladrón con guante blanco y enmascarado, camina por tu cuerpo dando golpes de aleteo a tu pasión...
Arrodillado, y mientras asumes unos párpados cerrados, tu barbilla choca contra mi cabello, alocado, suelto, vivo, como yo, desnudo; yo, que los asumo abiertos y observo, miro a contraluz, con simulada inocencia...
En el río, mientras nadas dentro de mi, te embarcas en un placer sublime, y con asombrosa pincelada que tus caros dedos me regalan, se me escapa un grito al cielo, una fotografía aérea...
Dinámico en rápida emulsión, como si de estudio fotográfico se tratase, capturando el movimiento conectando con tu interior, tu intimidad más bella, a cámara lenta, muy lenta...
Ojos agresivos, disfrazados de erótica tranquilidad, que no engañas a mi cámara...
Con luz cenital, sábanas azules, cuerpos desnudos y halos de incienso, mi mejor modelo, mi mejor retrato, el de tu vista de reojo, el de tu apuntada timidez, que me matas, que me rompes en tres...
Tres, son tus minuciosas imágenes, grabadas sin disco en mi memoria, sin color, con contenido, con tu fuerza y con tu forma, tu textura sin texto, sin miedo y con saliva, con desgarro...
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