De madruagada,
sorprendidos,
atónitos,
estupefactos dicen adiós,
pinchan en el centro de los corazones estimados,
con derrochadoras pestañas de hermosa aura.
Miran vidriosos sin desvelar sus misterios,
pelean,
se encierran,
se entreabren,
pero vuelven a cerrarse.
Bajan la calle que tantas veces nos ha unido,
esta vez con asombro y extrañeza,
pensando que antes era la Luna la que decía basta
y hoy la Luna estaba durmiendo.
Del color de algún océano,
dan media vuelta y se inyectan en las dudas retorno a casa,
se desnudan en soledad,
se vestiran de un nuevo día sin mi pequeño amor.
Así eran sus ojos,
maravillosos, sin más.
sorprendidos,
atónitos,
estupefactos dicen adiós,
pinchan en el centro de los corazones estimados,
con derrochadoras pestañas de hermosa aura.
Miran vidriosos sin desvelar sus misterios,
pelean,
se encierran,
se entreabren,
pero vuelven a cerrarse.
Bajan la calle que tantas veces nos ha unido,
esta vez con asombro y extrañeza,
pensando que antes era la Luna la que decía basta
y hoy la Luna estaba durmiendo.
Del color de algún océano,
dan media vuelta y se inyectan en las dudas retorno a casa,
se desnudan en soledad,
se vestiran de un nuevo día sin mi pequeño amor.
Así eran sus ojos,
maravillosos, sin más.
...Tú, que tienes la mirada infinita inundada de un mundo con habitantes mudos, seres incógnitos y maravillas imaginadas, que tienes la magia y el juego a tu favor... Y yo, sencillamente arrodillaba mi voz suplicando que la última mirada no fuera esta...
...Ahora cierro los ojos y me despierto en párpados empañados, empapados pensantes entre paredes verdosas, en el caldo de una rasgada espiral del punto exacto en el que dijo Aristóteles "El todo no es igual a..."...
...Ahora cierro los ojos y me despierto en párpados empañados, empapados pensantes entre paredes verdosas, en el caldo de una rasgada espiral del punto exacto en el que dijo Aristóteles "El todo no es igual a..."...
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