mercredi 17 décembre 2008

El Mundo de Sofía

Intentó pensar intensamente en que existía para de esta forma olvidarse de que no se quedaría aquí para siempre. Pero resultó imposible. En cuanto se concentraba en el hecho de que existía, inmediatamente surgía la idea del fin de la vida. Lo mismo pasaba a la inversa: cuando había conseguido tener una fuerte sensación de que un día desaparecería del todo, entendía realmente lo enormemente valiosa que era la vida.

Era como la cara y cruz de una moneda, una moneda a la que daba vueltas constantemente. Cuanto más grande y nítida se leía una de las caras, mayor y más nítida se veía también la otra.

La vida y la muerte eran como dos caras del mismo asunto.

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