La arquitectura de esa boca con estructuras turgentes y sabor a miel que me provoca desplomos a trompicones en mi enfermo estremecido corazón que arde cuando se topa con los latidos irregulares de tu ser sincero...
...Las líneas perfectas con garabatos a color, que se dibujan solamente en una piel suave e intachable, y cálida siempre, bajo azules mantos de abrazos nocturnos.
Las yemas de tus dedos cuando bailan en el mar de mi pelo; cuando tiemblas como un tambor en medio de la ciudad al son de una expresión felizmente sorprendida, por el compás de un ying y un yang, bajo el cielo de una noche fría...
...Y otra vez en la esquina de tus labios de seda, pidiendo suplicio y dando gracias, me esperas y me buscas, entre una bella tiniebla, como pequeños príncipes ansían su tesoro entre los setos de un jardín encantado.
Me rescatan del hastío solitario de un invierno que no ha comenzado, de un otoño con más hojas amarillas que nunca, y me devuelven los resquicios de pasión más amables de los últimos días del año que se va, del tiempo que vendrá...
...Pedazos en el río de un orgasmo que, tímidamente, se cuelan entre intermitentes respiraciones profundas y peleosas damas atrofiadas en movimientos del tablero inconsciente...
...Las líneas perfectas con garabatos a color, que se dibujan solamente en una piel suave e intachable, y cálida siempre, bajo azules mantos de abrazos nocturnos.
Las yemas de tus dedos cuando bailan en el mar de mi pelo; cuando tiemblas como un tambor en medio de la ciudad al son de una expresión felizmente sorprendida, por el compás de un ying y un yang, bajo el cielo de una noche fría...
...Y otra vez en la esquina de tus labios de seda, pidiendo suplicio y dando gracias, me esperas y me buscas, entre una bella tiniebla, como pequeños príncipes ansían su tesoro entre los setos de un jardín encantado.
Me rescatan del hastío solitario de un invierno que no ha comenzado, de un otoño con más hojas amarillas que nunca, y me devuelven los resquicios de pasión más amables de los últimos días del año que se va, del tiempo que vendrá...
...Pedazos en el río de un orgasmo que, tímidamente, se cuelan entre intermitentes respiraciones profundas y peleosas damas atrofiadas en movimientos del tablero inconsciente...
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